miércoles, 29 de febrero de 2012

BIENVENIDA


Es algo extraño contar los pensamientos en público y dejar que otras personas opinen sobre ellos.
Hoy hago la primera anotación en este blog. El nombre que he elegido se refiere al personaje de Casandra, hija del rey Priamo de Troya, a quien el Dios Apolo otorgó el don de la profecía pero que posteriormente, al no ser aceptado como amante por la mortal, la castigo con la maldición de que sus profecías nunca serían creídas por nadie.
La Iliada habla de la desesperación y rabia de Casandra que siendo capaz de conocer todo lo que iba a suceder y avisando de los peligros a su pueblo, no encontraba quien la tomase en serio quedando condenada Troya a la destrucción por sus enemigos.
Esta incomprensión es la que probablemente han sufrido y sufren muchas personas que viendo llegar los problemas, tratan de avisar de lo que va a suceder y solo encuentran miradas vacías cuando no cargadas de sorna y desdén.

Este blog tratará fundamentalmente de economía, si bien esta “ciencia no exacta” también está relacionada con la psicologia, la sociología y sobre todo, con el sentido común... o la falta de él.

Y es que, cualquiera puede ser economista. Únicamente hace falta pensar con cierta lógica y saber encadenar situaciones para deducir de ellas qué es lo que va a suceder a continuación.

Por ejemplo, si una persona ve que su vecino que tiene un sueldo de mil euros, sale de fiesta todas las noches, se compra un coche potente y un piso muy caro, probablemente deducirá que esa persona pronto tendrá problemas, porque con un sueldo así, no se podrá permitir por mucho tiempo un tren de vida tan desorbitado. Seguramente también deducirá que si se ha podido comprar todo eso probablemente ha sido gracias a los créditos concedidos por algún banco y deducirá que ese banco tendrá problemas para recuperar su dinero teniendo en cuenta los ingresos mensuales de su vecino.
Pues bien, muchas personas aplicando esa línea de razonamiento lógico fueron capaces de deducir hace bastantes años, que el crecimiento desorbitado de gastos públicos y privados, alcanzando niveles muy por encima de los recursos que administraciones y particulares podían generar para devolver los créditos con los que financiaban esa catarata de gastos, era insostenible a largo plazo e iba a generar un serio problema.
¿Eran videntes?. No, solo eran consecuentes.
¿Se les hizo caso?. No. Cuando estamos de fiesta, no queremos escuchar al que aconseja no beber demasiado porque al día siguiente se sufrirá una terrible resaca. A esos se les llama agoreros, pesimistas o aguafiestas. Pero cuando al día siguiente llegan los mareos, los vómitos, la jaqueca... todo el mundo se arrepiente de no haber parado de beber antes y se promete no volver a acercarse a una copa en la vida.
Evidentemente en cuanto nos encontramos mejor nos olvidamos de todo y volvemos a lanzarnos a otra fiesta con final predecible pero ignorado de forma consciente mientras suena la música.
Así somos. Por eso las crisis son cíclicas y los mismos errores se cometen una y otra vez y siempre parece que es algo nuevo y que nadie esperaba.

Que esta línea de pensamiento irresponsable la tenga la gente de a pie en un país, resulta algo preocupante, pero que la tengan los gobernantes, financieros y profesionales de la economía, es algo incalificable e imperdonable.
Su obligación era verlo, conocerlo y evitarlo.
Siguiendo con el ejemplo de la fiesta y la bebida; que en una discoteca un grupo de jóvenes se lancen a beber y no midan las consecuencias es preocupante, pero que los adultos encargados de vigilarles y aconsejarles sean los primeros que acaben borrachos debajo de la mesa es incalificable e imperdonable.
Creo que ya os he dado pistas de por donde irá este blog. Ahora os dejo descansar. Felices sueños.