domingo, 24 de mayo de 2015

UNA SOCIEDAD ENFERMA

Hoy me gustaría hablar sobre algo que creo que todos estamos viviendo pero que quizás no estamos siendo capaces de entender de hasta donde nos estamos dejando llevar dócilmente.
 
Nuestra calidad de vida (y no me refiero a la posibilidad de acceder a bienes materiales o a la tecnología) está degradándose día a día. Me estoy refiriendo a las presiones laborales y sociales cada vez mayores que estamos soportando y que están llevando nuestra vida personal a niveles de insatisfacción enorme.
En muchos trabajos, las jornadas laborales recogidas en los convenios se están tomando como una referencia del pasado y se da por hecho que no son reales. Las empresas y los directivos exigen a sus empleados que trabajen muchas mas horas de las "legales" evidentemente sin cobrar nada a cambio porque lo de las horas extras, también son cosa del pasado.
Con la crisis que llevó las tasas de desempleo a niveles insoportables, las empresas, apoyadas por la reforma laboral del 2012 que si bien era necesaria, no se ha redactado ni se está aplicando como debiera, han aprovechado para mediante la amenaza de despido, conseguir que sus empleados acepten condiciones de trabajo cada vez mas exigentes sin obtener ninguna compensación a cambio.  Al contrario, para aquellos trabajadores que han sobrevivido a un ERE y que ahora tienen que cubrir con mas horas de trabajo gratis las labores que realizaban sus compañeros despedidos, el premio que les ofrece la empresa es la reducción salarial. Y hasta tal punto tenemos miedo y nos han lavado el cerebro, que todavía esos trabajadores se sienten agradecidos con semejantes condiciones consolándose pensando que "al menos conservo el empleo".
La prueba mas evidente de esta escalada del estrés y del abuso laboral la tenemos delante, en la propia televisión.  Si se fijan verán la cantidad de anuncios que desde hace algunos años inundan las cadenas,  presentándonos complementos vitamínicos milagrosos, y preparados varios que ayudan a reforzar nuestra energía o a poder dormir,  para aguantar las presiones del día a día y de las interminables jornadas laborales.
Todos los spots presentan a gente que se toma una pastilla y dicen poder aguantar así todo el trabajo y presiones que les pueda llegar, con una alegre sonrisa en los labios.
 
Y es que la sociedad española actual es una sociedad completamente enferma. Una amiga médica  me decía que es muy difícil obtener una baja laboral por estrés o depresión porque a día de hoy todo el país estaría de baja y en tratamiento; los que no tienen empleo, por la desesperación y las preocupaciones y aquellos que si tienen trabajo, por el miedo a perderlo o en la mayoría de los casos, por las enormes presiones que soportan para conseguir mantenerlo. Todos con cuadros depresivos intensos. Así que cuando acudimos a las consultas, lo único que nos van a facilitar los médicos son pastillas; ansiolíticos, antidepresivos o pastillas varias que nos permitan dormir. Nada mas.
Esta situación me parece sumamente preocupante pero mucho mas lo es que nadie parezca rebelarse contra semejante abuso consentido legalmente, que nos ha llevado a tener hoy unas condiciones laborales desconocidas en nuestro país desde principios del siglo XX.  Todo lo ganado durante estos años se ha perdido. Las personas nos hemos convertido en meras máquinas de producción intensiva que solo mantendremos nuestro puesto mientras seamos mas rentables que una máquina real. Cuando vayamos reventando, seremos sustituidos por otra persona porque con una tasa de desempleo del 25% el recambio de mano de obra está garantizado... y además cada nueva reposición supondrá contratar a alguien por menos salario que el que cobraba el que ha sido sustituido. ¡Negocio redondo!.
Yo soy el primero que piensa que hay que potenciar el espíritu emprendedor y apoyar a los empresarios porque a fin de cuentas, son los que generan empleo y riqueza. Pero también soy de los que defienden que las condiciones laborales deben ser justas y la contraprestación recibida por el trabajador, equilibrada a su esfuerzo.
 
El papel del estado tras imponer una reforma laboral que pretendía evitar los convenios arcaicos y la excesiva sobre protección de "determinados trabajadores" antiguos que parecían estar blindados contra todo (mientras otros trabajadores si que estaban y están explotados y desprotegidos por los sindicatos), ahora mismo es el de mirar para otro lado ante estos abusos de los empresarios contra la inmensa masa de población, cada vez mas cansada, enferma y desmotivada.
La clase media está sufriendo un fuerte retroceso de sus derechos y condiciones laborales y el gobierno justifica su inacción con el argumento de que gracias a La Reforma (exprimida hasta el abuso) se está creando empleo... aunque sea de pésima calidad y en condiciones cada vez mas cercanas a la esclavitud por la pérdida total de los derechos del trabajador.
 
Yo creo que el motivo de que no nos rebelemos es porque se está dando el caso de la rana y la olla de agua caliente. Ya saben lo que se dice; si se mete de golpe a una rana en una olla con agua muy caliente, la rana saltará inmediatamente fuera para no quemarse, pero se si pone a una rana en una olla con agua tibia y luego se va calentando esa olla, la rana se irá cociendo pero sin enterarse porque no se estará dando cuenta hasta que sea demasiado tarde que el agua está subiendo de temperatura.
A los españoles nos ha pasado esto; nos han ido recortando derechos día a día, nos han estado pintando un panorama desolador de destrucción de empleo sin parangón y esta rutina del miedo y del aceptar lo que sea con tal de seguir manteniendo un trabajo, aunque sea extenuante y abusivo, nos ha llevado a tragar con todo sin rechistar.
En Francia y otros países, salen a la calle al menor atisbo de posibilidad de recorte social o pérdida de cualquier ventaja.
En España hemos retrocedido en cuatro años, setenta años de derechos y ventajas y todo el mundo sigue como un borreguito trabajando sus diez, doce o catorce horas diarias por menos sueldo que antes, aguantando el cada vez peor trato de sus jefes y sin atreverse a abrir la boca...
 
El resultado es que hasta las personas mas trabajadoras están hartas y aquellas realmente válidas, ante semejante situación y conociendo que en otros países de nuestro entorno la gente con talento consigue trabajo mejor remunerado y en mejores condiciones que en España, se están marchando para no volver nunca,  quedando aquí los mas viejos o los mas conformistas.
 
No se trata de llamar a una revolución social y que todos salgamos a la calle a quemar contenedores y asaltar el parlamento, claro, pero si es momento de poner contra las cuerdas a los políticos que deben velar por los intereses y derechos de los ciudadanos trabajadores, de poner contra las cuerdas a los empresarios que no tienen vergüenza ni ética alguna,  mediante la negociación dura y con un frente unido de los trabajadores dejándoles claro que se acabó el miedo y el tragar con todo.
Es necesario que el acomodaticio y cobarde ciudadano, levante la cabeza de una vez, se de cuenta de que el caramelito que le ponen delante es una tomadura de pelo y que exija que le devuelvan los derechos que justamente merece mantener, empezando por las horas de su vida que el trabajo extenuante le está robando.
 
Piensen y reaccionen. Pero de momento descansen porque mañana tendrán que madrugar para ir a su trabajo interminable y estresante...

sábado, 16 de mayo de 2015

HE VUELTO Y DE NUEVO AVISO...

Después de dos años y medio sin escribir nada en este blog que parecía que había dejado abandonado, hoy vuelvo a retomarlo.
Siento haber tardado tanto en escribir pero la verdad es que este tiempo en el que no he publicado ninguna nueva entrada, ha sido extraordinariamente complejo y completo. Mentiría si dijera que si no he escrito nada es porque no he tenido un solo minuto libre para poder hacerlo pero si es cierto que en estos años, he asumido unas funciones profesionales que me han absorbido prácticamente todo mi tiempo, incluso en períodos de vacaciones.
 
He participado en algunos de los principales procesos de reestructuración de deuda de las mayores empresas de este país.
Junto con otros bancos y acreedores, hemos negociado con los directivos y los asesores de esas grandes compañías, la forma de atender sus compromisos. En la mayoría de los casos hemos tenido que asumir que parte del dinero debido se podía dar por irrecuperable y así se negociaba qué parte de deuda era "sostenible" y qué parte no lo era, en cuyo caso se decidía, en el mejor de los casos, "encapsularla" en forma de tramos bullet (amortización de todo el capital al vencimiento), retribución PIK (capitalización de intereses con pago al vencimiento) y posibilidad de conversión en préstamos participativos o incluso al vencimiento de esa financiación incobrable, la conversión en acciones de la propia sociedad del importe irrecuperable, pasando los acreedores a convertirnos en accionistas.
En otros escenarios, directamente tuvimos que considerar incobrable la deuda evitando el paso por tramos PIK convertibles y definitivamente se negociaba el pase a fallido de parte de la deuda insostenible.
 
Ha sido una sangría y muy deprimente ver como las empresas han ido incumpliendo sistemáticamente todos sus planes de negocio que refinanciación tras refinanciación nos han ido presentando. Porque en la mayoría de los casos nos hemos tenido que sentar con las empresas dos y tres veces seguidas. Prácticamente refinanciando cada año la refinanciación firmada el año anterior al no haberse cumplido las previsiones iniciales y tener que volver a replantear los calendarios y condiciones de pagos. En la mayoría de las nuevas refinanciaciones se iban aumentando los importes de las quitas directas hasta que finalmente muchas empresas han reducido sus límites de endeudamiento a niveles inferiores al 25% del que tenían cuando comenzaron sus problemas financieros motivados por el exceso de endeudamiento asumido en los años boyantes de la economía basado en planes de negocio excesivamente optimistas cuando no irrealizables y absurdos.
 
Los principales procesos de reestructuración de la Banca Corporativa pueden darse por concluidos, así como también el de la mayoría de las otras grandes y medianas empresas del país...
La esperanza que teníamos los que hemos tenido que participar en estos procesos tan dolorosos y estresantes era que por fin hubiéramos aprendido una lección de sensatez y humildad tanto los bancos como las empresas, para evitar volver a caer en los mismos errores que nos llevaron a esta situación de default de la economía nacional y sus empresas.
 
Pues bien, no hemos aprendido nada.
 
Ahora que parece que lo peor ha pasado (yo no lo tengo tan claro porque el panorama económico nacional e internacional plantea serias dudas sobre si hay recuperación real) se considera que la mejor manera de remontar la situación es... volver a endeudarnos todos y a toda velocidad. Teóricamente para invertir mas, mejorar ingresos y generar empleos.
Es muy chocante y desalentador para los que hemos sufrido meses de duras negociaciones con una empresa buscando como salvarla del default y liquidación y tras asumir sacrificios de quitas y alargamientos de plazos de devolución de la poca deuda sostenible que se podía salvar, el ver que unos meses después nos vuelven a solicitar elevada financiación para atender sus nuevos optimistas planes de crecimiento... y que los comerciales de nuestros bancos plantean sin rubor esos nuevos endeudamientos que apenas unos meses atrás tuvimos que condonarles por incapacidad de devolución...
Y los peor es que los comités de los bancos ¡los autorizan!.
 
Hemos entrado en un nuevo ciclo de locura en el que ante el exceso de liquidez del mercado que está llevando al irreconocible e insostenible escenario de tipos de interés negativos, los dirigentes de la banca ordenan a sus redes comerciales el crecimiento astronómico del crédito concedido, rebajando a mínimos peligrosos los criterios de concesión de los mismos y donde la solvencia de las empresas parecen no contar a la hora de darles "lo que pidan". Y encima esta laxitud irresponsable (en parte alentada por la Administración Pública) la venden como un ejercicio de responsabilidad social para ayudar a la recuperación...
 
Ni que decir tiene que las empresas han entrado de cabeza en el nuevo ciclo de solicitud de crédito barato, en parte porque aunque saben que seguramente no cumplirán sus expectativas comerciales y puede que vuelvan a tener problemas para devolver esa nueva financiación, han aprendido que los bancos no ven imposible ofrecerles quitas de lo que no puedan pagar... Ya  están pensando en que si hay que volver a refinanciar, no tendrán problemas para conseguir nuevas condonaciones de la deuda que están asumiendo ahora. Después de todo, ¿no lo han conseguido en estos últimos años?.
 
Sinceramente creo que tanto empresas como bancos e incluso las autoridades económicas del país, han aceptado que los nuevos ciclos económicos pasarán por el crecimiento indiscriminado del crédito que permitirá durante unos años ganar mucho dinero a los empresarios y banqueros (jugosas comisiones y bonus por cumplimiento de objetivos de crecimiento) y cuando lleguen las vacas flacas (que llegarán mas pronto que tarde), delegar la solución del problemón en los departamentos de refinanciaciones que se encargarán de renegociar las nuevas condonaciones de lo incobrable y los plazos y condiciones de lo que pueda ser recuperable.
En cualquier caso, ni los empresarios, ni los altos cargos de la banca, ni los políticos asumirán entonces, como no lo han hecho en los últimos años, responsabilidades personales y todo se achacará a la mala evolución económica general que nadie podía prever...
 
Únicamente el presidente del BBVA ha tenido el valor y la sensatez de alertar sobre esa nueva burbuja del crédito "peligroso" y sobre los laxos criterios de su concesión.
 
Otros dirigentes de bancos nacionales por su parte, no han dudado en negar ese peligro e incluso alardear de que se está creciendo de forma responsable... En primera persona y con conocimiento de causa yo puedo afirmar que no es cierto.
 
Pienso seguir escribiendo para continuar hablando de estos peligros de la economía y sobre todo, de lo peligrosos que son los responsables tanto de las empresas, como de los bancos y de los gobiernos que, curiosamente y en la inmensa mayoría de los casos, son las mismas personas que nos metieron hace ocho años por su irresponsabilidad y falta de ética en la mayor recesión de la historia del país... Y que llevan camino de estar poniendo los cimientos de la próxima mega crisis que se llevará por delante otros cuantos millones de empleos de gente honrada que además al final serán los que tendrán que pagar de sus bolsillos, como lo han hecho en la actual crisis, los platos rotos de esos irresponsables. Personajes que no han sufrido en estos duros años para la mayoría de nosotros,  ningún efecto de la crisis de la que todavía no hemos salido.
 
Volveré a escribir pronto. Descansen y piensen en lo que les he dicho porque no es ningún cuento y desde luego, es muy grave.
Abrazos para toda la gente sensata y responsable.