Después de dos años y medio sin escribir nada en este blog que parecía que había dejado abandonado, hoy vuelvo a retomarlo.
Siento haber tardado tanto en escribir pero la verdad es que este tiempo en el que no he publicado ninguna nueva entrada, ha sido extraordinariamente complejo y completo. Mentiría si dijera que si no he escrito nada es porque no he tenido un solo minuto libre para poder hacerlo pero si es cierto que en estos años, he asumido unas funciones profesionales que me han absorbido prácticamente todo mi tiempo, incluso en períodos de vacaciones.
He participado en algunos de los principales procesos de reestructuración de deuda de las mayores empresas de este país.
Junto con otros bancos y acreedores, hemos negociado con los directivos y los asesores de esas grandes compañías, la forma de atender sus compromisos. En la mayoría de los casos hemos tenido que asumir que parte del dinero debido se podía dar por irrecuperable y así se negociaba qué parte de deuda era "sostenible" y qué parte no lo era, en cuyo caso se decidía, en el mejor de los casos, "encapsularla" en forma de tramos bullet (amortización de todo el capital al vencimiento), retribución PIK (capitalización de intereses con pago al vencimiento) y posibilidad de conversión en préstamos participativos o incluso al vencimiento de esa financiación incobrable, la conversión en acciones de la propia sociedad del importe irrecuperable, pasando los acreedores a convertirnos en accionistas.
En otros escenarios, directamente tuvimos que considerar incobrable la deuda evitando el paso por tramos PIK convertibles y definitivamente se negociaba el pase a fallido de parte de la deuda insostenible.
Ha sido una sangría y muy deprimente ver como las empresas han ido incumpliendo sistemáticamente todos sus planes de negocio que refinanciación tras refinanciación nos han ido presentando. Porque en la mayoría de los casos nos hemos tenido que sentar con las empresas dos y tres veces seguidas. Prácticamente refinanciando cada año la refinanciación firmada el año anterior al no haberse cumplido las previsiones iniciales y tener que volver a replantear los calendarios y condiciones de pagos. En la mayoría de las nuevas refinanciaciones se iban aumentando los importes de las quitas directas hasta que finalmente muchas empresas han reducido sus límites de endeudamiento a niveles inferiores al 25% del que tenían cuando comenzaron sus problemas financieros motivados por el exceso de endeudamiento asumido en los años boyantes de la economía basado en planes de negocio excesivamente optimistas cuando no irrealizables y absurdos.
Los principales procesos de reestructuración de la Banca Corporativa pueden darse por concluidos, así como también el de la mayoría de las otras grandes y medianas empresas del país...
La esperanza que teníamos los que hemos tenido que participar en estos procesos tan dolorosos y estresantes era que por fin hubiéramos aprendido una lección de sensatez y humildad tanto los bancos como las empresas, para evitar volver a caer en los mismos errores que nos llevaron a esta situación de default de la economía nacional y sus empresas.
Pues bien, no hemos aprendido nada.
Ahora que parece que lo peor ha pasado (yo no lo tengo tan claro porque el panorama económico nacional e internacional plantea serias dudas sobre si hay recuperación real) se considera que la mejor manera de remontar la situación es... volver a endeudarnos todos y a toda velocidad. Teóricamente para invertir mas, mejorar ingresos y generar empleos.
Es muy chocante y desalentador para los que hemos sufrido meses de duras negociaciones con una empresa buscando como salvarla del default y liquidación y tras asumir sacrificios de quitas y alargamientos de plazos de devolución de la poca deuda sostenible que se podía salvar, el ver que unos meses después nos vuelven a solicitar elevada financiación para atender sus nuevos optimistas planes de crecimiento... y que los comerciales de nuestros bancos plantean sin rubor esos nuevos endeudamientos que apenas unos meses atrás tuvimos que condonarles por incapacidad de devolución...
Y los peor es que los comités de los bancos ¡los autorizan!.
Hemos entrado en un nuevo ciclo de locura en el que ante el exceso de liquidez del mercado que está llevando al irreconocible e insostenible escenario de tipos de interés negativos, los dirigentes de la banca ordenan a sus redes comerciales el crecimiento astronómico del crédito concedido, rebajando a mínimos peligrosos los criterios de concesión de los mismos y donde la solvencia de las empresas parecen no contar a la hora de darles "lo que pidan". Y encima esta laxitud irresponsable (en parte alentada por la Administración Pública) la venden como un ejercicio de responsabilidad social para ayudar a la recuperación...
Ni que decir tiene que las empresas han entrado de cabeza en el nuevo ciclo de solicitud de crédito barato, en parte porque aunque saben que seguramente no cumplirán sus expectativas comerciales y puede que vuelvan a tener problemas para devolver esa nueva financiación, han aprendido que los bancos no ven imposible ofrecerles quitas de lo que no puedan pagar... Ya están pensando en que si hay que volver a refinanciar, no tendrán problemas para conseguir nuevas condonaciones de la deuda que están asumiendo ahora. Después de todo, ¿no lo han conseguido en estos últimos años?.
Sinceramente creo que tanto empresas como bancos e incluso las autoridades económicas del país, han aceptado que los nuevos ciclos económicos pasarán por el crecimiento indiscriminado del crédito que permitirá durante unos años ganar mucho dinero a los empresarios y banqueros (jugosas comisiones y bonus por cumplimiento de objetivos de crecimiento) y cuando lleguen las vacas flacas (que llegarán mas pronto que tarde), delegar la solución del problemón en los departamentos de refinanciaciones que se encargarán de renegociar las nuevas condonaciones de lo incobrable y los plazos y condiciones de lo que pueda ser recuperable.
En cualquier caso, ni los empresarios, ni los altos cargos de la banca, ni los políticos asumirán entonces, como no lo han hecho en los últimos años, responsabilidades personales y todo se achacará a la mala evolución económica general que nadie podía prever...
Únicamente el presidente del BBVA ha tenido el valor y la sensatez de alertar sobre esa nueva burbuja del crédito "peligroso" y sobre los laxos criterios de su concesión.
Otros dirigentes de bancos nacionales por su parte, no han dudado en negar ese peligro e incluso alardear de que se está creciendo de forma responsable... En primera persona y con conocimiento de causa yo puedo afirmar que no es cierto.
Pienso seguir escribiendo para continuar hablando de estos peligros de la economía y sobre todo, de lo peligrosos que son los responsables tanto de las empresas, como de los bancos y de los gobiernos que, curiosamente y en la inmensa mayoría de los casos, son las mismas personas que nos metieron hace ocho años por su irresponsabilidad y falta de ética en la mayor recesión de la historia del país... Y que llevan camino de estar poniendo los cimientos de la próxima mega crisis que se llevará por delante otros cuantos millones de empleos de gente honrada que además al final serán los que tendrán que pagar de sus bolsillos, como lo han hecho en la actual crisis, los platos rotos de esos irresponsables. Personajes que no han sufrido en estos duros años para la mayoría de nosotros, ningún efecto de la crisis de la que todavía no hemos salido.
Volveré a escribir pronto. Descansen y piensen en lo que les he dicho porque no es ningún cuento y desde luego, es muy grave.
Abrazos para toda la gente sensata y responsable.
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